La increíble historia de la niña que vivió entre salvajes animales de la Sabana Africana
Tippi nació en Nambia en 1990 y vivió los mejores años de su infancia rodeada de animales salvajes. En ella creció un vínculo especial con la naturaleza, que le permitió ser feliz entre seres a los que nunca tuvo miedo.
Según relatan sus padres Tippi se encariñó con un leopardo huérfano al que llamó JB, también se juntó con las tribus bosquimanes e Himbas, aprendió su lengua y secretos de superviviencia. Además de un leopardo, Tippi conoció un cachorro león a quien llamó Mufasa a una elefante y a varias aves.
Sin embargo la niña se llevó varios sustos, pues en África los animales son salvajes después de todo. Fue herida varias veces por un grupo de suricatos que casi le arrancan la nariz y en 1994 un mono llamando Cindy le haló el cabello que casi la deja calva.
Aunque sus padres declararon una vez que África fue genial casi como vivir en casa, Tippi tiene una opinión diferente. "No mamá, no es verdad que me encantó. Fue genial vivir junto los elefantes y los leones, pero habría sido mejor si no hubiera estado tanto tiempo delante de una cámara. Fue duro, difícil, hacía calor y yo no era del todo feliz. Al final estaba totalmente agotada", declaró Tippi.
El mundo habrá perdido 2/3 de sus animales salvajes en los próximos 4 años
La investigación sugiere que el cambio climático junto el colapso de la vida silvestre es una de las señales de que estamos en medio de una era dominada por los seres humanos y la cual pone en riesgo la vida silvestre.
Investigadores del World Wildlife Fund y de la sociedad zoológica de Londres reunieron información científica que señala a la destrucción de los ecosistemas, la caza y la polución como las principales causas del deterioro y el riesgo de los animales salvajes.
En la naturaleza nada ocurre por casualidad. Las formas, hábitos y adaptaciones de los animales en su entorno natural responden a sus condiciones de vida y al propio entorno durante generaciones y generaciones, por lo que no debemos juzgarles ni verlos como peligrosos. De hecho, el peor peligro que pueden enfrentar estos animales es precisamente el hombre.
Por otro lado, el hábitat natural de muchas especies salvajes cada vez se ve más reducido. Se transforman el bosque lluvioso en plantaciones gigantescas de palma de aceite, se trafica con los animales como mascotas, se utiliza a los animales para espectáculo y se les retira de su entorno natural al que después es imposible que regresen. La caza furtiva, por otro lado, diezma las poblaciones naturales poniéndolas peligrosamente al borde de la extinción.
Esta investigación sugiere que si no se toman medidas urgentes la población animal decrecerá en un 67% para el año 2020.